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Respiración Yóguica: todo lo que tienes que saber
Inhala, exhala, Inhala…
Los beneficios del Yoga nos llaman, nos hipnotizan y nos hacen desear incorporar esta práctica a nuestro día a día, pero esos deseos muchas veces pueden verse opacados por la confusión, la falta de organización o tiempo para asistir a una clase y el clásico de “No sé si lo estoy haciendo bien”.
Si este es tu caso, este blog es para ti, y es por ello que el día de hoy tocaremos un tema muy importante si lo que buscas es introducirte poco a poco en esta maravillosa práctica.
Se trata de la respiración; y en este blog hablaremos de la respiración yóguica, una de las prácticas respiratorias más sencillas del Yoga, con la cual tendrás los elementos necesarios para comenzar a trabajar en el reconocimiento y poder del simple hecho de respirar conscientemente.
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Este tipo de respiración es ideal para meditaciones al comenzar o terminar tu práctica de Yoga, te brindará la calma y tranquilidad necesaria tanto para iniciar como para finalizar tu sesión de Yoga.
Puedes llevarla a cabo durante asanas, es cuestión de práctica para que la lleves a cabo casi mecánicamente.
¿Comienzas a hacer Yoga en casa? Intenta llevar a cabo esta meditación con la respiración Yóguica.
También conocida como respiración completa, la respiración Yóguica unifica tres respiraciones: la abdominal, torácica y clavicular, buscando aprovechar nuestra capacidad pulmonar al 100, oxigenando nuestra sangre y cuerpo, y llevándonos a un estado de calma y paz, ideal para hacer Yoga.

La respiración Yóguica es un excelente ejercicio que fortalecerá nuestro autocontrol, pues al inicio, voluntariamente estaremos dirigiendo este proceso, indicándole a nuestro cuerpo qué hacer.
Es fácil de llevar a cabo y sus beneficios son muchos, desde aumentar nuestra serenidad y claridad hasta hacer que sea más fácil para nosotros concentrarnos, haciéndola ideal para el trabajo o la vida diaria.
Algunos beneficios de esta respiración son:
-Aprovecha nuestra capacidad pulmonar
-Buena oxigenación
-Mejora la circulación y la salud del corazón
-Entrena al autocontrol
-Cultiva la calma
¿Cómo llevarla a cabo?
Se trata de una inhalación de tres fases y una exhalación de tres fases, en la primera fase diriges el aire hacia la parte inferior de tu cuerpo (abdominal), la segunda a la parte media (tórax), y la tercera a la parte superior (clavicular, todo esto en una sola inhalación, después pasamos al proceso de la expulsión del aire, vaciando desde arriba, hasta el medio y finalizando con la parte baja.
¿Cómo saber si lo estoy haciendo bien?
Puedes llevar a cabo esta respiración sentada y acostada.
Coloca una mano sobre tu vientre y otra sobre el pecho, comienza con una respiración lenta y profunda, llevando el aire hacia la parte baja, o sea abdominal, como si respiraras con el abdomen, siente cómo tu mano se eleva.
Continúa respirando el aire y dirige tu mano a la parte de tus costillas, siente cómo estas se elevan.
Cuando tus costillas estén dilatadas, respira un poco más y siente cómo tus clavículas se levantan, justo ahora tus pulmones están llenos de aire.
Retén la respiración unos instantes, y comienza la expulsión de aire, haciendo que salga primero el aire que se encuentra en la parte clavicular, siguiendo por la torácica y finalizando con la abdominal.
Mantén tus pulmones vacíos por unos instantes, y cuando tengas la necesidad de respirar nuevamente repite los pasos anteriormente mencionados.
Es cuestión de práctica y perseverancia, esta respiración tiene múltiples beneficios tanto físicos como mentales y espirituales, te lleva a ese estado de calma y paz ideal para meditar o calmar tu cuerpo y mente para hacer Yoga, inténtalo en casa, y conoce tu cuerpo, platícanos tu experiencia, nos encantaría oírla.
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